Prácticas de mantenimiento urbano
En los programas de mantenimiento rutinarios de la ciudad son necesarias incluir unas pautas para reducir la contribución de contaminantes desde el paisaje urbano al medio natural y para asegurar que los sistemas de recogida y tratamiento del agua de escorrentía están funcionando con la carga contaminante para la que fueron diseñados.
Las principales prácticas de mantenimiento urbano relacionadas directamente con la eliminación de contaminantes de la calle antes de su entrada al caudal de escorrentía son:
Limpieza de imbornales y arquetas de recogida directa de pluviales
En las arquetas situadas bajo los imbornales naturalmente se acumulan sedimentos y restos, como hojas secas o tierra arrastrada desde zonas ajardinadas. Con el fin de asegurar su eficacia constante, estas arquetas deben limpiarse periódicamente, de manera manual o mecanizada.
Limpieza de calles y parkings
En las calles y estacionamientos se pueden acumular grandes cantidades de contaminantes que serán lavados durante los eventos pluviométricos. Estos espacios conforman una fracción significativa de la superficie impermeable total dentro de una cuenca urbana, que además está directamente conectada al sistema de drenaje. Por lo que los contaminantes ahí acumulados pasan rápidamente a la red de alcantarillado, y de ahí, muchas veces de forma directa, a la masa de agua de vertido. Con una limpieza periódica, consistentemente en barrer calles y zonas de aparcamiento, se retira del medio gran parte de la carga contaminante. La regularidad de la limpieza generalmente la fija la entidad administrativa local y sería recomendable que en el establecimiento de la frecuencia, además de requisitos estéticos, se tuvieran en cuenta consideraciones relacionadas con la calidad del agua de escorrentía.
Retirada de nieve de las vías
En las regiones frías, los procedimientos de manipulación de nieve demandan importantes esfuerzos por parte de las autoridades. La gestión de la nieve incluye medidas de diferente naturaleza (recogida directa o promover el derretimiento con sal), necesarias para lo vehículos se puedan desplazar de forma segura. Pero estas medidas, además de caras, pueden tener un efecto perjudicial sobre el medio ambiente. Uno de los procedimientos generales para retirar la nieve de las vías públicas es aplicar grandes cantidades de arena, sal o cenizas de carbón. Pero con el derretimiento de la nieve, gran parte de estos materiales son arrastrados hacia la red de drenaje y de ahí pasan al medio, donde pueden tener efectos muy negativos. El agua cargada de cloruros puede infiltrarse en acuíferos o acabar en estanques o humedales donde además de una contaminación directa, pueden, por intercambio iónico con los sedimentos, liberar otros elementos contaminantes. Además, las sales empleadas pueden contener cianuro, que tiene toxicidad aguda o crónica sobre los organismos acuáticos.
El impacto ambiental de las medidas para gestionar la nieve dependerá de la estrategia empleada para su eliminación y de si la nieve y sus contaminantes asociados son transportados a un depósito para su tratamiento o se dejan sobre el suelo o que vayan a parar directamente a una masa de agua. Los beneficios que se deriven del uso de sal en el mantenimiento de carreteras de invierno necesitan ser sopesados junto con los costes ambientales asociados.
Como alternativa descongelante se pueden usar otro tipo de productos, tales como acetatos, o residuos agrícolas.
Gestión de la vegetación
Se basa principalmente en el cuidado de parques y jardines (públicos y privados) y en la eliminación de malezas en las superficies pavimentadas dentro de las zonas urbanas. Para esta gestión de la vegetación urbana, las autoridades locales (y en algunos casos particulares) se sirven de herbicidas, pesticidas y fertilizantes.
Uso de plaguicidas y herbicidas
La retirada de malezas de las calles es necesaria para prevenir daños estructurales, para mantener la seguridad en la conducción y por requisitos estéticos. Se suelen usar herbicidas para eliminar esta vegetación indeseada, pero tienen un problema, son altamente contaminantes. Otros compuestos altamente contaminantes son los plaguicidas empleados en la eliminación de parásitos y enfermedades de las plantas ornamentales de parques y jardines. Los herbicidas y plaguicidas que suelen emplearse son compuestos químicos con una elevada toxicidad que producen una grave degradación de los medios acuáticos donde acaban yendo a parar tras un episodio pluviométrico. Para evitar esto pueden utilizarse técnicas alternativas, existen medios más naturales o compuestos que se degradan con más rapidez que evitarían daños en el medio natural.
La utilización de fertilizantes
Los fertilizantes se usan para favorecer el crecimiento de la vegetación presente en el césped residencial, los jardines, los árboles que decoran las aceras, bulevares,… Los principales componentes de los fertilizantes, fósforo y nitrógeno, son los causantes de la eutrofización en las masas de agua. Ya que una cantidad significativa de estos nutrientes acaban en la escorrentía urbana por una aplicación indebida (uso excesivo), sería recomendable que desde la administración pública se realizar campañas para enseñar cómo aplicarlos correctamente tanto entre los trabajadores municipales como entre los particulares que se ocupen del cuidado y el mantenimiento de zonas verdes.
Autora: Ana Abellán