Es difícil encontrar experiencias de aplicación de Suds en nuestro país, y más si no se trata de grandes infraestructuras, por eso fue una grata sorpresa conocer el proyecto “Bio Campus Mediterránea: Ecología y cultura sostenible en los entornos de aprendizaje”, uno de los ganadores del 16º Concurso de Ideas Ambientales y Sostenibles de la Universidad Politécnica de Cataluña por ser, en palabras del jurado, “una idea con una visión interdisciplinaria y referenciada en las visiones de la sostenibilidad, que aborda un problema clave como es la escasez de recursos hídricos y la necesidad de aprovecharlos, que propone un ejemplo que puede ser paradigmático y extensible a campus universitarios y edificios públicos y por las sinergias que articulan para ofrecer soluciones colaborativas,..”

El proyecto se desarrolla dentro del Instituto Príncep de Girona de la ciudad de Barcelona y tiene como principal punto de partida la educación y sensibilización en materia de sostenibilidad a través de un caso práctico que está ya en ejecución y que se prevé se ampliará en los próximos meses.

Surge a partir del programa Bcn Escoles+Sostenibles del Ayuntamiento de Barcelona para la realización de acciones relacionadas con la sostenibilidad, huertos escolares y biodiversidad, cuando un equipo multidisciplinar de profesores del centro valoraron los beneficios saludables que reportaría el hecho de regar con agua de lluvia el huerto escolar, de crear un ecosistema natural en el patio para favorecer la biodiversidad y el bienestar físico y mental de la comunidad educativa, y de implicar a los alumnos en estas acciones a nivel de aprendizajes prácticos. 

El grupo de profesores creadores de este proyecto (de izquierda a derecha): Maurici Sabás Mur: Licenciado en Filología inglesa. Profesor de inglés y francés, Mercè Gil Viñas: Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, Antropología e Historia. Profesora de la unidad de apoyo a la educación especial (USEE) del INS Príncep de Girona, Zulema Josa Español: Arquitecta. Profesora de Tecnología y aula de acogida y Jordi Villar Colomé: Ingeniero Industrial, Profesor de Tecnología. 

En la fase actual del proyecto hay instalados dos depósitos donde se almacena el agua de lluvia que precipita sobre una pequeña parte de las azoteas del centro para posteriormente emplearla en el riego de un pequeño huerto situado en el patio delantero. De esta manera, se cumple con una doble función: se evita que parte del agua limpia precipitada vaya al alcantarillado y sirve a los alumnos para mantener las necesidades hídricas del huerto.

En la imagen, detalle del huerto del instituto.

 A la hora de ejecutar la instalación, se eligió el depósito que mejor se adaptaba al espacio disponible con el menor impacto posible, integrándolo en el seto que bordea el huerto escolar.  Para ello hubo que practicar un sifón por debajo de la acera y evitar de este modo tener que levantarla. Se eliminó al mismo tiempo un cable antihumedad que era un riesgo potencial de haber estado conectado y se pasó un tubo corrugado por si en el futuro se necesita corriente eléctrica. 

 En la imagen, uno de los depósitos de pluviales.

De los depósitos existentes en el mercado, se escogió uno de 310  litros porque es el de mayor volumen. Al llenarse completamente con la primera lluvia, se puso otro depósito más, conectado al primero a unos tres metros de distancia para no dañar el seto de pitósporo colindante.

La pequeña instalación ha sido financiada por el propio equipo de profesores precursor del proyecto, y esperan, en un futuro, poder ampliar la cantidad de agua recogida para aprovisionar una huerta ecológica de mayor extensión. Considerando que hay veinte bajantes en el edificio, el potencial de recogida de agua es de más de 10 metros cúbicos en cualquier episodio de lluvia moderado. Por lo que en los espacios donde sea posible se podrían instalar depósitos de un metro cúbico, intentando integrarlos lo mejor posible en el medio o, si se puede, instalar aljibes subterráneos. Esto dependerá de varios factores, técnicos, paisajísticos y como no, económicos, ya que por ahora no se disponen de todos los medios necesarios para realizar el montaje completo.

Esquema en planta del sistema de riego de la huerta. Imagen cedida por Zulema Josa Español

Además de la ampliación del sistema de recolección de agua de lluvia, también está prevista la construcción de un estanque de pluviales adecuándolo como hábitat para anfibios, de manera que los estudiantes puedan observarse de cerca estos seres que, por desgracia, se encuentran en riesgo de extinción. 

Esquema del estanque para anfibios y mariposario. Imagen cedida por Zulema Josa Español

Este proyecto es un claro ejemplo de cómo los sistemas urbanos de drenaje sostenible no sólo sirven para evitar problemas derivados de la escorrentía urbana, sino que también brindan la oportunidad de mantener un huerto en entorno urbano sin consumo de agua de abastecimiento, crear un pequeño ecosistema y, lo más importante en este caso, educar en sostenibilidad, mostrando a generaciones futuras como gestionar un recurso limitado de una manera más eficaz.

Si estás interesado en participar o colaborar con ellos, puedes escribir a Mercé Gil