Área de drenaje:
Los sistemas de biorretención generalmente se emplean para gestionar la escorrentía de pequeñas cuencas, aunque para áreas drenantes más grandes se pueden crear varias células de biorretención que gestionen esa mayor escorrentía.
Dos células de biorretención. Fuente: University of Maryland.
Espacio requerido:
Tradicionalmente las áreas de biorretención demandan el 5 a 10 % de la superficie del área drenante. Aunque ocupen una porción tan significativa, con un buen diseño pueden ser incorporadas adecuándose perfectamente en el paisaje.
Células de biorretención integradas en una calle a modo de jardineras. Fuente: Southwest Urban Hydrology LLC
Emplazamiento:
La ubicación de las áreas de biorretención debe estar integrada en las planificaciones urbanísticas teniendo en cuenta las consideraciones estéticas en su diseño y la elección de su emplazamiento.
Puesto que los sistemas de biorretención están diseñados para episodios pluviométricos intermitentes (deben poder vaciarse y airearse entre tormentas) no debe localizarse a poca distancia de acuíferos subterráneos por si suben los niveles piezométricos ni cerca de donde se produzcan flujos continuos de agua subterránea.
Rain garden integrado en una calle de San Francisco. Fuente: www.sfbetterstreets.org
Pendientes y estabilidad del suelo:
Las áreas de biorretención pueden usarse en la mayoría de las condiciones del suelo, aunque tienden a ser difíciles de incorporar dentro de cuencas con pendientes pronunciadas. Donde no deben usarse para infiltrar las aguas de escorrentía es en aquellos lugares donde la infiltración puede causar problemas de estabilidad en las pendientes, como por ejemplo, en zonas de deslizamientos o en la parte superior de un terraplén. También se deben evaluar cuidadosamente los efectos de almacenamiento de agua sobre la capacidad estructural de los suelos subyacentes antes de su emplazamiento sobre ellos.
Área de biorretención en una zona en pendiente. Fuente: Strand Associates, Inc
Subsuelo y aguas subterráneas:
En aquellos casos en los que las áreas de biorretención están diseñadas para la infiltración del agua de escorrentía en el subsuelo, la capa freática, en su nivel más alto, debe estar a más de 1 metro por debajo de la base de la instalación y se debe cumplir con la normativa reguladores en materia de protección de las aguas subterráneas.
Y en aquellos sistemas de biorretención donde no se va a producir la infiltración, el nivel freático no debe alcanzar los límites inferiores donde se encuentran los drenes de salida del excedente de agua.
No se han de emplear estos sistemas sin una protección del suelo exterior (láminas impermeables o cualquier otro elemento que actúe a modo de aislante) para tratar la escorrentía que procede de zonas problemáticas como las gasolineras ni en zonas que han cambiado su uso de industrial a residencial (a menos que los contaminantes y sus efectos sobre el medio ambiente hayan sido evaluados completamente).
Colocación de membrana geotextil en área de biorretención para evitar infiltraciones y exfiltraciones. Fuente: University of Maryland.
Fuente: CIRIA(2007), Site handbook for the construction of SUDS (C698). ISBN 978-0-86017-697-80-86017-697-5
Autora: Ana Abellán