Son depósitos que almacenan de temporalmente la escorrentía generada aguas arriba, laminando los caudales punta y atenuando los picos de caudal. Esto reduce considerablemente el riesgo de inundación. Como no almacenan agua de forma permanente, también se les llama depósitos secos.
Favorecen la sedimentación de contaminantes eliminándolos así de la masa de agua. Pueden ser compaginados con otros usos, como los recreacionales, en parques e instalaciones deportivas o localizarse en “zonas muertas”, zonas que no tienen ningún uso en la actualidad ni proyectado.
Para un correcto funcionamiento el área drenante ha de estar comprendida entre 4 y 30 hectáreas; la pendiente longitudinal, ha de ser inferior al 15%, la diferencias de cotas entrada-salida del agua ha de ser de metro y medio y hay que impermeabilizar previamente el suelo.
Usos típicos:
- Depresiones del terreno donde se puede retener agua, en zonas residenciales donde puede tener un uso paisajístico o recreativo.
Ventajas/beneficios:
- Pueden suponer una nueva fuente del agua como recurso (para limpieza, riego…), reduciendo su demanda de la red de abastecimiento.
- Reduce el pico del hidrograma en la red de saneamiento al retener parte del agua de lluvia.
- Si el agua recogida no es para consumo directo, no necesita un tratamiento, por lo que la instalación del sistema es barata.
Desventajas y limitaciones:
- Si hay que instalar un sistema de tratamiento, se encarece bastante.
- A veces se requiere de un sistema de bombeo.
- Estéticamente no suelen ser atractivos.
Requisitos de mantenimiento:
- Eliminación de restos y residuos.
- Mantener en buen estado la vegetación.
- Limpiar las entradas y salidas de agua.
- Controlar el nivel de sedimentos y eliminar cuando sea preciso.
Rendimiento
- Reducción del caudal punta: ALTO
- Reducción de volumen: ESCASO
- Tratamiento de calidad de agua: MEDIO
- Potencial beneficio social/urbana: ALTO
- Potencial ecológico: MEDIO
Autora: Ana Abellán