Reflexiones sobre un cambio en la gestión del drenaje

El pasado miércoles 19 de noviembre se celebró en Madrid la jornada ¿Es necesario transformar la gestión del drenaje urbano en España? A la que, desafortunadamente no pude asistir, aunque me hubiera encantado.

No sólo me parece interesante el título dela jornada sino que estoy convencida de la necesidad de que en nuestro país transformemos la gestión que se realiza en materia de drenaje urbano, tal y como afirma Pere Malgrat en una entrevista para iAgua, que, si no os habéis leído os recomiendo encarecidamente que lo hagáis.

Uno de los puntos negros en la gestión del drenaje que menciona es el urbanismo, pero…

¿Cómo puede el propio urbanismo y sus infraestructuras provocar deficiencias en el drenaje de una ciudad?

Al urbanizar un territorio, lo que se produce es una impermeabilización del suelo casi en su totalidad lo que conlleva un incremento de la cantidad de la escorrentía. Esta escorrentía se dirige a las nuevas estructuras de alcantarillado creadas en la nueva urbanización. Y los nuevos colectores se unen a los colectores principales creados años atrás para transportar el caudal generado en una superficie mucho menor. Esta sobrecarga, junto con la mala conservación de dichos colectores y la incapacidad por acumulación de sedimentos dentro de la red, puede provocar problemas de inundaciones en el medio urbano. Además, en los controles automatizados del sistema de saneamiento pueden producirse fallos en los equipos, en el sistema eléctrico, …, problemas que también pueden originar inundaciones.

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Inundación de una calle por incapacidad de la red de drenaje. Fuente: Wabby Twaxx

Por desgracia en España, en los años locos de la construcción, se ha urbanizado en muchos casos sin ton ni son, sin una planificación ordenada que aprovechara al máximo el recurso suelo, sin tener en cuenta cómo podría optimizarse el drenaje y sin aprovechar la oportunidad de aplicar las nuevas tecnologías (TDUS) para gestionar de una forma más sostenible el agua de precipitación. Es más, durante el boom urbanístico se impermeabilizó gran parte del suelo y se construyeron redes de drenaje convencional, para evacuar el agua de extensas nuevas zonas residenciales, que se engancharon a los colectores principales…..y ya he mencionado en las líneas anteriores qué puede pasar con eso.

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Ejemplo de lo que NO se hizo en España. En la imagen, planificación urbanística en la que se contempla la introducción de drenaje sostenible para no incrementar la carga hidráulica de colectores aguas abajo. Fuente: Susdrain

Estas son, de forma muy resumida, algunas de las razones que hacen que, paradójicamente, algunos sistemas de drenaje causen el problema al que supuestamente debían darle solución. 

Los SUDS en nuestro país

Es evidente que se necesita un cambio en la gestión del drenaje en nuestro país y ¿qué pueden suponer los SUDS en esta transformación? Como ferviente precursora del drenaje sostenible creo que su introducción conlleva beneficios. Pero siempre que se produzca de una manera planificada y ordenada. Por muy sostenible que puedan ser, antes de su implantación en una ciudad ha de realizarse un riguroso análisis que contemple:

Primero, si es realmente necesario hacerse el proyecto de SUDS; puede que con el sistema existente el problema de la evacuación de aguas está resuelto e implantar una TDUS sea un simple “ornamento” (las áreas de biorretención añaden un valor estético donde se implantan, por ejemplo), en cuyo caso habría que mirar bien si merece la pena la inversión.

Después, si la TDUS es la mejor para una localización y un régimen pluviométrico determinados, lo que funcione muy bien en Galicia probablemente no lo haga en Almería. Sabemos que los colectores transportan el agua de escorrentía de igual manera en ambos casos, pero una TDUS específica no funciona de forma equivalente.

Éstos serían sólo un par de puntos a modo de ejemplo de lo que hay que analizar, pero no lo únicos.

Y aunque los SUDS tienen ya un rodaje de decenas de años en el resto de Europa, en USA y en Australia, en España es algo que parce que cuesta implantar.

Últimamente se tienen más en cuenta en el desarrollo urbano (véase por ejemplo el Cinturón Verde de Vitoria o el proyecto piloto de Santander) y por suerte, la investigación en este campo se está ampliando con nuevos proyectos como los que actualmente están realizando las Universidades de Sevilla (“Proyecto AQUA-RIBA”) y la de Granada (“Proyecto: Gestión sostenible de aguas pluviales en zonas urbanas”). Y por supuesto, la gran labor que lleva realizando el grupo GITECO, de la Universidad de Cantabria, durante años.

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En la imagen, localización del Anillo Verde de Victoria, en su desarrollo se incluye la instalación de un depósito de infiltración, ejemplo de TDUS. Fuente: Centro de Estudios Ambientales

Pero, para que se haga efectiva la inclusión de estas técnicas sostenibles que pueden suponer un cambio muy representativo (y en mi opinión positivo), no basta con investigaciones académicas. Lo que haría falta sería observar el funcionamiento de las técnicas ya instaladas en nuestro país, cómo evoluciona a lo largo del tiempo, las taras que puedan presentar y compartir experiencias para que no se repitan errores en el futuro. 

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