Como hemos venido mencionando a lo largo de la semana pasada, la influencia beneficiosa que tiene la vegetación urbana, junto con un suelo preparado, sobre el control de la escorrentía es más que evidente. Pero para que esto sea así es imprescindible tener en cuenta una serie de consideraciones, como son:

1- La dinámica entre el suelo y el agua: Antes de proceder a instalar ningún tipo de plantación hemos de preguntarnos ¿Qué tipo de suelo vamos a emplear? ¿Cuál es la proporción de arcilla, limo y arena? ¿Cuál es la densidad del suelo y su estructura? ¿Cuánta cantidad de tierra hay disponible? ¿Cuál es la capacidad de retención de agua prevista? ¿Con qué velocidad se infiltrará agua? ¿Cómo se moverá el agua a través del sistema edáfico instalado?

2- El medio de entrada de agua al sistema suelo-vegetación: Existen muchas opciones para dirigir el agua de escorrentía hacia el sistema, algunos de los más populares son los bajantes, o los cortes en la acera y bordillos, pero no son los únicos. Hay varias opciones en función del diseño y de entre ellas hay que primar la funcionalidad frente a la estética.

3- Presencia de sedimentos y basuras en la superficie de las calles: La mayoría aguas pluviales urbanas arrastra material flotante, detritus, sedimentos, basuras y hojas. En los casos en que los sistemas vegetados se instalen en calles donde se suele acumular basura hay que proveer de un sistema de pretratamiento previo a la entrada de la escorrentía al sistema. Ya que el exceso de sedimentos y detritos puede obturar el suelo y dificultar el crecimiento vegetal.

 4- Distribución del agua: Una distribución del agua por todo el volumen al completo del suelo es esencial para la eficacia del sistema y la salud del arbolado. Un diseño correcto debe asegurar de que agua de escorrentía no sólo se recoge sino que se mueve, se infiltra y drena por el sistema de forma adecuada.

5- La cantidad de agua pluvial entrante al sistema: El agua estancada largo tiempo es nociva para la salud del árbol y del suelo, por ello hemos de plantearnos las siguientes cuestiones ¿Hay un plan de contingencia para el exceso de escorrentía, como un vertedero o algún otro medio? ¿se puede realizar un vaciado del estancamiento tras un cierto tiempo de que esté el suelo inundado? ¿La inspección y limpieza de los desagües puede realizarse con facilidad y frecuencia? También hemos de plantearnos el caso contrario, que el agua drene demasiado rápido y el suelo no pierda  su humedad.

6- Conservación del sistema: Todos los sistemas requieren de atención y mantenimiento para conservar su funcionalidad. El mantenimiento anual es un aspecto fundamental que ha de contemplarse desde las primeras etapas del diseño.