Se llama Cambio Climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales variaciones se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. En teoría, son debidos tanto a causas naturales como antropogénicas.
Pero la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término «cambio climático» solo para referirse al cambio por causas humanas tales como la industrialización o la urbanización (que conlleva a un mayor uso de combustibles fósiles para la climatización doméstica, el aumento de superficies impermeables, la disminución de las masas de agua naturales y la pérdida de la vegetación).
Una de las causas más preocupantes del cambio climático es la creciente desertificación de la superficie terrestre. Fuente: The Climate Change Guide
Cómo influye el cambio climático en el microclima urbano
Partiendo de que el cambio climático modifica una serie de fenómenos meteorológicos (precipitación, temperatura, viento…) que pueden alterar las condiciones de vida de las personas, el microclima urbano tiene una gran importancia para la salud y el bienestar de los habitantes de los núcleos poblacionales.
Las principales influencias de las ciudades sobre el microclima se deben a:
- El aumento de las superficies impermeables, el agua se elimina rápidamente del entorno donde precipita, lo que hace que no se produzca un enfriamiento posterior del aire por evaporación. Además, aumenta la temperatura de la escorrentía, lo que tiene consecuencias negativas en su vertido.
- Los materiales oscuros con los que suele darse la impermeabilización absorben la radiación solar y las calles estrechas evitan que la radiación de onda larga escape a la atmósfera, lo que contribuye a un mayor calentamiento de las ciudades.
- Esto junto con: la falta de vegetación, el transporte, la calefacción, la refrigeración, las propiedades térmicas de las estructuras urbanas, la acumulación de determinadas sustancias en la atmósfera urbana,….han provocado que en las ciudades se dé el denominado efecto “isla de calor”. Efecto que se observó por primera vez en 1819 en Londres y que se traduce en mayores temperaturas dentro de las ciudades que en sus entornos adyacentes (diferencia mucho más marcada en verano).
Hasta la fecha, no existe una guía definitiva sobre la forma más adecuada de diseño de la infraestructura verde para la mitigación de efecto de isla de calor en Europa.
Cambio climático y escorrentía urbana
El cambio climático está provocando un exceso de lluvias en algunas partes del planeta y escasez de precipitaciones en otras. Y ambas situaciones pueden afectar tanto a las zonas urbanas y como a las naturales.
Las inundaciones son otra de las consecuencias derivadas del cambio climático. Fuente: www.ecologiaverde.com
Estas alteraciones en la pluviometría pueden afectar gravemente al rendimiento de las redes de saneamiento que tendrán que trabajar con caudales para los que no fueron diseñadas, lo cual puede hacerlas no operativas, ocasionando inundaciones más frecuentes dentro de las ciudades. Por tanto supone un desafío predecir la magnitud de los impactos del cambio climático sobre el ciclo hidrológico para diseñar unos sistemas de drenaje adaptados al futuro.
Además el cambio climático puede tener un serio impacto sobre la calidad del agua de los sistemas fluviales moderadamente o fuertemente contaminados, debido al aumento de los periodos de caudales bajos (incremento de los periodos de estiaje) con la correspondiente bajada de dilución disponible.
Adaptación de las ciudades para el Cambio Climático
Para intentar minimizar los efectos negativos del cambio climático sobre el medio natural y sobre la salud y bienestar de las personas, las estrategias de ordenación del territorio y los planes urbanísticos deben prestar una atención especial a la información climática y a la distribución del territorio entre los distintos usos y actividades, integrando entre sus objetivos impedir y prevenir la degradación de los recursos naturales procurando un mejor aprovechamiento de los mismos y la adaptación de las ciudades a las características bioclimáticas de la zona.
El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático propone varias actuaciones entre las que encontramos:
El desarrollo y la promoción de la bioconstrucción, especialmente en todos los edificios públicos
La evaluación de los requerimientos de las especies y variedades vegetales de parques y jardines bajo distintos escenarios de cambio climático, ya que los espacios verdes pueden llegar a ser cada vez más importantes, e para aliviar los efectos del aumento de las temperaturas.
Espacio verde urbano que además es un jardín de lluvia. Fuente: Native Garden Design
La importancia de los espacios verdes urbanos se debe a que pueden aliviar las consecuencias del cambio climático a través de:
- El enfriamiento del aire, se ha comprobado que parques de sólo 1-2 hectáreas pueden tener 2ºC menos que zonas de edificios adyacentes.
- Ayudan a la gestión de aguas pluviales, favoreciendo la infiltración
- Crean hábitats para favorecer la presencia de biodiversidad en las ciudades
- Las plantas absorben y retienen contaminantes
- Mejoran la calidad de vida de los habitantes de las ciudades
Cómo los SUDS facilitan la adaptación de las ciudades al Cambio Climático
El Drenaje sostenible es una alternativa al enfoque convencional, que va mucho más allá de simplemente mitigar las inundaciones y gestionar la calidad del agua de escorrentía urbana. Los SUDS favorecen la infiltración y retención de la escorrentía cerca del origen. Se trata de una forma diferente de cómo gestionar el agua. Muchas de las técnicas de drenaje sostenible proporcionan zonas verdes que, como ya se ha dicho ayudan al equilibrio térmico de las ciudades y tienen un impacto positivo sobre la salud humana.
Por dar algunos ejemplos:
El uso de humedales artificiales y de estanques, además de poder tener un uso recreativo, ayuda a impedir la aparición de altas temperaturas ya que las masas de agua actúan como amortiguador térmico.
Las zonas de biorretención almacenan agua de forma superficial que luego se evapora, realizando así una función de control térmico también.
Los árboles incluidos en TDUS situadas en las calles (especialmente cuando se encuentran cerca a los edificios), pueden actuar como acondicionadores de aire naturales (enfrían el aire a través de la evapotranspiración), proporcionan sombra, y por lo tanto, reducen el consume de energía necesaria para mantener temperaturas confortables.
Y por supuesto no hay que olvidar las cubiertas verdes, no sólo contribuyen al llamado “efecto oasis” de las ciudades por disponer de vegetación y favorecer el desarrollo de la biodiversidad, sino que además suponen un medio de ahorro en climatización de los edificios. Actúan como medio aislante reduciendo el gasto en calefacción y aire acondicionado, evitando consumo energético que conlleva el calentamiento de las ciudades. “New York’s Heat Island Reduction Initiative» se centra en la iniciativa del aumento de porcentaje de vegetación, en particular, las cubiertas verdes. Han calculado que, en caso de que un 50% de los techos planos de Nueva York se reverdecerán, el efecto isla de calor de la ciudad se podría reducir hasta en 0,88º C.
Cool-roof modular y Green Roof en el Sustainable South Bronx’s Smart Roof Demonstration Project. Fuente: Urban Heat Island Mitigation Can Improve New York City’s Environment: Research on the Impacts of Mitigation Strategies on the Urban Environment
me interesa estos temas, por el trabajo que desarrollamos en la ciudad del cusco a nivel de estudio en la actualidad
Muy bueno Ana (como siempre 😉 ). Lo de las calles estrechas tienen sus pros y sus contras, si son muy estrechas, comos los cascos antiguos de las ciudades del sur, se evita que el sol entre en verano y se mantienen más frescas. En este caso quizá en el el termino medio no esta la virtud sino el pecado. Un saludo.